USO DE COOKIES
Utilizamos cookies necesarias de sistema para el correcto funcionamiento de la web y cookies opcionales de Google Analytics para obtener estadísticas de visita.
 +info

Configuración cookies

  • Necesarias

    Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría sólo incluye galletas que garantizan funcionalidades básicas y funciones de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan información personal.

    NombreProveedorPropiedadFinalidadCaducidad+info
    _GRECAPTCHAgoogle.comPropia Proveer protección antispam con el servicio reCaptcha6 meses
    cc_cookie_accept_2024lamarsalada.catPropia Usada para confirmar que el usuario ha confirmado/rechazado las cookies (y qué tipos acepta)1 año
    CMS_lamarsaladalamarsalada.catPropia Cookie técnica: cookie de sesión PHP. Guarda el id de sesión de usuario.al terminar la sesión

  • Análisis

    Les cookies analítiques s'utilitzen per entendre com interactuen els visitantes amb el lloc web. Aquestes cookies ajuden a proporcionar informació sobre mètriques, el nombre de visitants, el percentatge de rebots, la font del trànsit, etc.

    NombreProveedorPropiedadFinalidadCaducidad+info
    _gaGoogle AnalyticsDe tercerosCookie de análisis o medición: Tracking por parte de google por google analytics1 minuto
    _ga_GRHRLFZRD52Google AnalyticsDe tercerosCookie de análisis o medición: Identifica a los usuarios y proporciona información sobre cómo los usuarios encuentran la página web y cómo la utilizan para realización de Informes estadísticos2 años

ConfigurarRechazar todasAceptar todas

El restaurante

La Mar Salada ha atendido a clientes que recordaban con detalle haberse sentado a la mesa incluso antes de la existencia de este restaurante de la Barceloneta, que data del día 16 de diciembre de 1993.

—Que sí, que sí, que nuestra familia ya venía desde mucho antes.

—¿Y no será que nos confunde con otro establecimiento del paseo? Piense que, aquí, antes había una nave que solo era un almacén.

—Era este lugar, seguro. Y además, también me acuerdo del nombre. La Mar Salada. ¡Sí! Habíamos venido tantas veces…


Eso ha pasado, no una sino varias veces. ¿Nos encontramos ante un expediente X? Pues no necesariamente. Hay una explicación probable y muy sencilla: este es un lugar donde te encuentras como en casa y que genera adicción. Vuelves. Y vuelves otra vez. Porque los precios no lo hacen prohibitivo, porque la comida se lo merece y porque estás a gusto de verdad. La familiaridad, la cotidianidad y la creatividad de la memoria deben de hacer el resto. Así como hay malas experiencias que olvidamos, las buenas las reforzamos.